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EL JUEGO TÓXICO DE GUSTAVO

JHON LENIN PUMAREJO invitado a LA CALLE LO DICE
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"No lo frecuentes tanto, que estoy notando que esa amistad es muy toxica para usted", recuerdo que me repetía sin cesar mi abuelita refiriéndose a mi vecino "tavo", que era como llamaban en el barrio Florida al popular Gustavo P.

A pesar de ser tan inteligente y de alto rendimiento académico, la verdad, registraba un lado muy desfavorable: desataba polémica, y poca aceptación en los círculos del colegio y de la cuadra. Siempre un ambiente turbio alrededor del nombre de Gustavo, incluso, entre los profesores del colegio. Él, siempre se hizo notorio al pretender ganar en todo, lo que tampoco resulta reprochable, todos nos debemos ese reto consigo mismo. Pero lo que causaba sinsabor, una cierta "pereza", creciente aislamiento del común, y un creciente fastidio escolar y social, era la ausencia de un mínimo de sentimiento de solidaridad con cualquier causa de unidad al que se le convocaba. Es que "tavo" siempre demostró precaria generosidad con aquellos débiles de mente, de espiritualidad e intelectualidad. Nunca dio muestra de ser capaz de "ponerse en los zapatos del otro". Su critica "ácida" frente a todo y, hasta descalificación de cualquier acción bien intencionada. Tampoco le conocí un gesto de perdón, siempre repitiendo en todo lado el nombre de quienes le ocasionaban ofensas, siempre resentido y cruel. Ciegamente convencido de su perfección y de no habitar en él siquiera un mínimo grado de equivocación.

Al contarles sobre esta historia tan propia de la vida en comunidad, a mi se me ocurre una especial coincidencia con el nombre de un líder político inmenso e influyente en Colombia, como es Gustavo Petro. Anoche, mientras miraba mi álbum del colegio, me encontré varias facetas de "tavo", y de inmediato encontré sin mucho esfuerzo, una serie de coincidencias muy patéticas con la personalidad del líder de la Colombia Humana. Con todo respeto por los lectores, porque habrán muchos de ellos que en su calidad de fans, de seguidores, de electores, militantes...o como quieran identificarse tantos miles de millares de petristas, pienso que al igual que al personaje de mi historia, a Gustavo Petro le está sucediendo igual. Claro está, guardando proporciones de tiempo y lugar, como también de dimensión protagonica.

Los que con responsabilidad histórica nos preocupamos por tener a la mano episodios de la vida pública del brillante político Petro, procedemos a una profunda y critica reflexión sobre su papel como hombre público. Como olvidar su exótica actitud al final de la jornada de elección presidencial, cuando le falto toda grandeza para aceptar la derrota con los ojos bien abiertos y abundante generosidad. Increíble pero cierto, le declaró la oposición al señor Ivan Duque cuando aun no había salido a declararse victorioso. Es que ni siquiera ostentaba la condición de Presidente electo. Y es más, todavía estaba a distancia de posesionarse como Presidente de Colombia y, para asombro de "tirios y troyanos", convoco sin más a una marcha social el 7 de agosto en calles y plazas públicas. Todavía nos preguntamos lo que pretendía: ¿rechazar acaso las políticas del nuevo gobierno?, ¿tal vez para oponerse al estilo de manejo dado al proceso de paz?, ¿o por representar un estilo de gobierno servil a Uribe?, o incluso, ¿para denunciar fraude electoral?. Hoy todavía no alcanzamos a entenderlo.

Vamos por partes: El mandato obtenido en las urnas del uribista Duque fue contundente, no fue un triunfo pirrrico. Hasta ahora con el proceso de paz ha sido mesurado, muy rápido viene ostentando un estilo conciliador, lo que no desata miedos. Como dice el analista y constitucionalista Francisco Zapata Vanegas, Ivan Duque pareciera la encarnación de Turbay Ayala.

Retomando entonces a Gustavo Petro, se hace habitual escuchar que es un político tóxico, con unas acciones políticas igualmente tóxicas, muy a mi pesar, al estilo de mi tristemente recordado compañero de colegio "tavo". Gustavo, el político, no maneja ni tiempos ni ritmos, pareciera que sigue en campaña y, le está dando derecho hasta el 7 de agosto del próximo cuatrienio. Su formato es el mismo, continua sin tregua propagando la división de clases, se mantiene a la zaga del más mínimo error para construir su opción trepando en los hombros del gobernante, no sabe hacer equipo ni con los suyos, miren no más como le va a travesar un candidato a la López en Bogotá, a regañadientes se monto en el bus de la consulta anticorrupción, en cambio no se baja del camión del odio, las toneladas de rencor, y tanta belicosidad contra un hombre ciertamente cuestionado pero muy popular: Alvaro Uribe Vélez

El estilo de oposición de Gustavo Petro es igual a decir obstrucción. Ha olvidado que él también tuvo una experiencia critica y controversial al frente de la Alcaldía de Bogotá, que es como una Presidencia "chiquita" de un país, territorio incluso más poblado que el Uruguay, la mitad del pueblo del Ecuador y de Guatemala. Y por muchos yerros administrativos de Petro en la capital, con sanción controvertida de destitución que después le fuera levantada, yo tampoco me atrevería a descalificarlo lanzandolo a las tinieblas. Nuestra prudencia y comprensión, incluso para muchos incomprensibles.

A diferencia del "tavo" de mi historia escolar y vecinal, el mismo que finalmente terminó de empleado de uno de sus compañeros al que victimizó con su juego pueril, prefiero seguir pensando en que Gustavo Petro cambiará la historia llegando como opción presidencial en la próxima cita de la democracia colombiana. Pero si sería bueno que los "Morris", y los "Rojas", lo asesoren mejor y de muy buena fe. Que se arrope con la bandera de la Colombia Humana y saque tiempo para visitar el santuario de Divino Niño allá en el 20 de julio, que le queda tan cerca. Que se rodee de buenas energías, que piense en nota de felicidad, que irradie fraternidad reconociendo en el contrario no un enemigo, sino un contradictor. Si, eso me gustaría por ejemplo a mi, porque me causa tristeza que este Gustavo se parezca tanto al amargado, egoísta, e infeliz de "tavo", mi compañero escolar, mi vecino de cuadra. El mismo con el que comencé esta historia. JLP

Jhon Lenin Pumarejo es Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia, Historiador de la Universidad Nacional, y Miembro de Número del Centro Independiente de Estudios Sociales y Económicos CIEC

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En la columna libre LA CALLE LO DICE, otro libre pensador, el licenciado y agudo critico Jhon Lenin Pumarejo, y su análisis sobre la misión política de Petro. Imagen Wikipedia.