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Unidos por hilos que se rompen

Es el momento que despertemos y tomemos conciencia de no seguir dando el poder a quienes no lo saben manejar y, una vez pase esta crisis, dejar a un lado todo tipo de diferencia y luchar juntos por un país digno, un país con justicia y sin corrupción, donde los noticieros no nos distraigan con noticias tan lastimeras de niños inventando computadores con materiales reciclados para ganar audiencia y así distrayendo las verdades, las verdades de un país que sale en todos los noticieros extranjeros como “el país que en medio de la crisis aprovecha para robarse el dinero de los vulnerables”.

LA CALLE LO DICE / [email protected]
Juan David Alzate Sanchez
Estudiante de sicología último semestre
Corporación Universitaria Lasallista
[email protected]

Como todos sabemos y es de conocimiento público de todos los ciudadanos, el planeta está atravesando por una pandemia que no se había visto durante más de cien años desde la Gripe Española, donde la sociedad de aquel entonces tenía que luchar no solo con esta enfermedad, sino con los estragos de la pos-guerra del primer conflicto armado global (primera guerra mundial), época en la que los gobiernos y sus ciudadanos debían hacerle frente a dos poderosas contingencias las cuales fueron: 1. El manejo de la pandemia en tiempos de crisis económicas causadas por el conflicto bélico y, 2. La intervención social de sus habitantes sobrevivientes claramente afectados psicológicamente por la guerra.

Volviendo al presente, hago esta analogía o comparación con el pasado para referirme a la situación actual del planeta y del país, ya que en estos momentos vivimos una situación muy similar por no decir exacta, donde el planeta está sumergido en pequeñas guerras locales y distribuidas por todo el mundo, yendo desde el conflicto sirio que alberga varias potencias participando en él, hasta el conflicto armado en nuestro país con los diferentes grupos armados que aún continúan y que parecen seguir fortaleciéndose aún más.

Ahora bien, la pregunta que se nos viene a la cabeza es ¿en qué se parecen estas dos contingencias?, y la respuesta aunque sencilla es muy importante, se parece en el modo en que los Estados y sus gobiernos le dan manejo a esta crisis, de cómo invierten sus recursos para solventar la ayuda a sus habitantes para enfrentar este virus de la mejor manera posible y con la menor cantidad de muertes.
Ahora bien, haciendo énfasis en el artículo de foro chat “Estado de emergencia: crisis y oportunidad”, vemos claramente como nos habla sobre el manejo que nuestro país le está dando a la crisis, como maneja los recursos públicos para los habitantes, y si estos lo están haciendo de la mejor manera o si por el contrario el dinero que debe de ir a los ciudadanos se está perdiendo en el camino hacia ellos, cosa que está pasando y las autoridades no hacen mucho por solucionarlo.

Un ejemplo de esto, es como algunos gobernantes están aprovechando esta crisis para realizar contratos ridículos sobre las ayudas alimentarias para las personas más vulnerables, como mercados con contratistas donde figuran productos extremadamente costosos que no tienen nada que ver con la realidad, por ejemplo una lata de atún que cuesta entre 3.500 a 5.000 pesos, ellos lo registran en 20.000 pesos, comprándolo por casi 3 veces más su valor y desviando ese dinero a donde nadie sabe, si a sus cuentas personales o a la de otras personas.

Pero el mayor de los ejemplos nos lo regala nuestro Presidente de la República, el cual viendo la situación que viven la mayoría de los habitante, prefiere invertir en su imagen publicitaria y en camionetas súper blindadas para su seguridad, pero no en la seguridad del pueblo, de los trabajadores de la salud en los hospitales y, en uno de los oficios más desprestigiados por las personas: el personal de aseo en las calles, los cuales pasan muy desapercibidos por la sociedad cuando su roll es igual de importante como cualquier otro, ya que el aseo y desinfección es una de las armas con las cuales se lucha contra este virus y son precisamente ellos los que están en la primera línea de defensa para hacerlo.

Por todo lo expuesto, duele ver que tantas personas a las cuales debería llegarle las ayudas no reciben nada, y no solo son estas dos profesiones a las que se deben cuidar y respetar, son muchas tantas que no alcanzaría a nombrarlas. Es el momento que despertemos y tomemos conciencia de no seguir dando el poder a quienes no lo saben manejar y, una vez pase esta crisis, dejar a un lado todo tipo de diferencia y luchar juntos por un país digno, un país con justicia y sin corrupción, donde los noticieros no nos distraigan con noticias tan lastimeras de niños inventando computadores con materiales reciclados con el simple propósito de ganar audiencia y así distrayendo las verdades, las verdades de un país que sale en todos los noticieros extranjeros como “el país que en medio de la crisis aprovecha para robarse el dinero de los vulnerables”.

Como conclusión a este ensayo, solo puedo decir que hemos sabido manejar esta crisis, aunque ha habido bajas y cada día aumentan más los casos con el virus, el país ha sabido responder al manejo de los ciudadanos enfermos, hemos inventado respiradores que han sido vanagloriados por otros países, mascarillas que han sido pedidas también por otros países. Nosotros somos una potencia en iniciativa, innovación y resiliencia, ahora bien, solo me puedo despedir con algunas preguntas a las cuales no les puedo encontrar respuesta: ¿porqué dejamos que unos pocos hagan con nosotros lo que ellos quieren?, ¿porqué nos dejamos manejar por corruptos?, ¿porqué la justicia solo actúa para beneficiar a unos pocos. Cada quien le dará sus respuestas y encontrara los argumentos con los cuales las defenderá o atacara.

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La Calle Lo Dice pone a disposición el escrito llegado a nuestra redacción del lector Juan David Alzate Sanchez. Imagen cortesía es.wikipedia.org