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REFUGIADOS

CARLOS ANDRÉS ECHAVARRÍA BLANDÓN Critico Político
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Suenan las alarmas en todas las localidades del bajo Cauca antioqueño, se presume lo peor, el muro de contención de la represa Hidroituango puede colapsar. Los recuerdos de aquel fatídico 13 de mayo, cuando el río se llevó el puente Simón Bolívar, símbolo de una tradición y de unión entre los corregimientos de Puerto Valdivia, Remolinos, el Aro y Briceño se hacen presentes. Los helicópteros de la defensa civil por altoparlantes anuncian la orden de evacuación inmediata y los ruidos de las sirenas de bomberos, policía y ambulancias no dejan que la mente pueda concentrarse en otra cosa que no sea el salir corriendo con sus familias hacia tierras altas.

En los corregimientos de el Doce, el Quince, Cáceres y todos los pueblos aguas abajo de la represa la situación es igual, la orden es evacuar. Así que no hay tiempo para buscar las pertenencias, no hay tiempo para tomar las mascotas, no hay tiempo para llevarse las gallinas, las vacas, los caballos y todos los animales de la fincas, cuando el río viene enfurecido, solo hay tiempo para correr y rezar que puedan llegar a las tierras altas.

De esa manera, todos los campesinos salieron de sus hogares y parcelas, dejando atrás sus pertenencias, animales y en pocas palabras, dejando su vida atrás, construida alrededor de un río que los había sostenido y dado de comer desde tiempos inmemoriales, pero por una mala jugada del destino y un error en la planificación y ejecución de la hidroeléctrica, se había convertido en la mayor amenaza que habían afrontado durante su vida.

Se ha hablado, no lo suficiente, sobre la situación de la represa, de la responsabilidad de Empresas Públicas de Medellín, de la forma en que se ha sorteado la situación; voy a enfocarme un poco en el drama social que se vive en Valdivia.

Visité la zona el pasado viernes 22 de junio y me acompañaron los señores Carlos Baena representante de Asomiaval (Asociación de Mineros Artesanales de Valdivia) y el señor Luis Meneses representante de Asodisval (Asociación de Discapacitados de Valdivia), líderes sociales que me llevaron a los corregimientos afectados y a uno de los albergues que tiene empresas públicas de Medellín para los afectados por la evacuación.

La situación es catastrófica, Puerto Valdivia y Remolinos son pueblos fantasma, no hay personas en las calles, solo los animales abandonados por sus dueños a la hora de la evacuación, las casas destruidas por el río el pasado 13 de mayo, los electrodomésticos en las calles, los escombros de las paredes derribadas, la ropa, las botas de los campesinos, toda la vida de éstas personas, arrojadas en las calles y hoy casi dos meses después continúan ahí, dejadas a su suerte.

En las localidades altas de Puerto Valdivia, en el puente que une al departamento de Antioquia con la costa Atlántica, la situación no es menos dramática, las casas abandonadas, el comercio cerrado y uno que otro campesino testarudo que no quiso dejar sus pertenencias, son lo única evidencia de vida. El otrora puerto lleno de vida, el comercio abierto casi las 24 horas, las tiendas de abarrotes, los lancheros, los areneros, los pescadores, arrieros y los mineros, todos concentrados en ese sitio para conseguir desde una cerveza fría hasta los alimentos para llevar a sus fincas, de eso no queda nada y los que sobreviven tienen que subir hasta Valdivia para comprar comida, lo cual está generando hambruna, no hay dinero que les alcance.

No muy lejos de allí, en el Quince la situación es idéntica, las mujeres emprendedoras, casi todas cabeza de hogar, que tomaron préstamos en los bancos para poder realizar cultivos de yuca, maíz y plátano, lo perdieron todo, la creciente del río Cauca se los llevó, junto con sus esperanzas.

En el albergue de Valdivia, al menos seiscientas personas entre hombres, mujeres y niños están allí hace más de 40 días y las enfermedades por las malas condiciones de salubridad ya están presentándose.

Nunca se pudo dimensionar la magnitud del problema y del número de evacuados, por esas razones, al inicio tenían que compartir las carpas hasta 3 familias, no crean que son carpas grandes, son para 4 personas, pero 3 familias enteras debían dormir en cada una de ellas. Y la alimentación era solamente papas, arroz y huevos, no más que eso. A pesar de que ya la situación mejoró, se presentan carpas por cada familia, las tres comidas al día de manera decente, la crisis social va en aumento, las personas que requieren de medicinas, no las tienen y no se las están brindando, las personas que tenían citas médicas, no han podido asistir, las personas que tienen familia por la cual deben ver, no pueden trabajar, persona que abandona el albergue puede ser excluida del listado de damnificados y con ello no recibirían ninguna ayuda.

La corrupción aparece, personas que están allí comentan que cuando llegaron les dijeron que las familias cuando se fueran se llevaban las carpas y las colchonetas, como eran hasta tres familias por carpa, la situación cambió, que el último se quedaba con las cosas, pero según iban saliendo, tenían que firmar un documento donde constaba que se llevaban las carpas. Hasta con el dolor ajeno se roba en nuestro país.

También les prometen un plan de ayuda, donde cada familia recibe entre un millón y un millón doscientos mil pesos dependiendo del número de personas que las componen, pero ellos creen que son mensuales, en ninguna parte del acuerdo dice que periodicidad tienen ese auxilio, pero eso sí, muy claro dice, que al recibirlo, les queda TERMINANTEMENTE PROHIBIDO volver a sus casas, que si lo hacen pueden ir presos por recibir subsidios y no cumplir las condiciones de la evacuación, bellacos.

Muchos afirman que si hubieras llegado a sus casas, les hubieras propuesto evacuar con las condiciones que tienen ahora, nunca lo hubieran hecho, pero, las sirenas sonaban, los helicópteros pasaban, los bomberos perifoneaban, “evacuen inmediatamente” el río venía y al querer retornar a sus casas, ya no podían, el ejército se tomó la zona y nadie podía pasar. Así que el desalojo fue inmediato y eficiente.

Evidencié muchos problemas más, que con el tiempo y la paciencia de ustedes se los podré ir contando, pero el problema hoy con estos Refugiados es una bomba de tiempo que escoden las noticia y parece que a nadie en Colombia le importa. www.forochat.com.co

Carlos Andrés Echavarría Blandón
Ingeniero Civil de la Universidad Nacional
Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás
Creador de empresas y líder en emprendimiento
Asesorías e interventorias.

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La crisis humanitaria en la región norte de Antioquia a causa de la emergencia en las obras de Hidroituango, es tratada en su post por Carlos Andrés Echavarría Blandón. Imagen Wikipedia