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Una nueva legislatura de retos

Debe el Congreso de la República saldar la deuda social que se tiene con los campesinos; la reforma agraria que permita un acceso a la tierra, que permita la titulación de terrenos a familias campesinas, a cooperativas agrícolas, al pequeño campesino, al productor agropecuario; le generación de subsidios suficientes para el campesinado, la creación de líneas de crédito accesibles y condonables.

JUAN DIEGO BARRERA ARIAS
Abogado Universidad de Antioquia
Barrera Arias Abogados & Asesores
[email protected]

Este próximo 20 de julio de 2020, comienza una nueva legislatura. Una nueva legislatura con el reto de sesionar de manera virtual, por lo menos hasta que la Corte Constitucional defina si esto es posible jurídicamente y constitucionalmente, dado que está realizando el estudio de los decretos legislativos que facultaron esta modalidad virtual, la cual es nueva en más de 200 años de vida del órgano congresional; pero también es cierto que, además de tener el reto de establecer cómo será la nueva forma de ejercer el legislativo sus funciones, es esta legislatura la que conlleve el sello, si alcanza y se empeña en ello, de ser la legislatura de regulación, en todas las materias, o las que más se pudieren, para solventar la crisis generada por la pandemia; la crisis económica, social, de salud, de orden público de deviene (y en la cual estamos) dado que la situación y la contingencia no termina aun.

Colombia se ha caracterizado, lastimosamente, en toda su historia, por ser un país de abismos sociales; un país de extremos económicos y un país de desigualdades; a tal punto, que la igualdad, como derecho fundamental, sólo termina siendo un enunciado de nuestra Constitución. Esta situación ha sido ahondada por la actual coyuntura; si bien, para los clásicos de la economía, la intervención del Estado no debe hacerse para no afectar la generación de riqueza, es claro que, por mandato constitucional tiene un imperativo la intervención del Estado en esta para igualar las brechas generadas por el mercado; así las cosas, es por convicción, más que obligación del Congreso de la República, y la legislatura que inicia; establecer una hoja de ruta económica, que no sólo se funde en la recuperación durante y pos pandemia; sino que al tiempo, reforme la estructura económica del país de sectores tan importantes para la economía colombiana como lo son la agricultura y la industria nacional.

Seguidamente, por convicción propia y de país, debe el Congreso de la República generar una política de autoconsumo, una política económica de incentivo al producto nacional; un incentivo que conlleve a impulsar desde la misma economía doméstica la reactivación de todos los sectores económicos.
Debe el Congreso de la República saldar la deuda social que se tiene con los campesinos; la reforma agraria que permita un acceso a la tierra, que permita la titulación de terrenos a familias campesinas, a cooperativas agrícolas, al pequeño campesino, al productor agropecuario; le generación de subsidios suficientes para el campesinado, la creación de líneas de crédito accesibles y condonables. No es extraño que esta pandemia, ha demostrado que el campo es el pilar para la alimentación; y debemos de hacer de nuestras montañas la despensa de alimentos para todas nuestras poblaciones. Valga resaltar que esto no es sólo un deseo personal y una deuda social, es un mandato constitucional contenido en los Artículos 64 y 65 de la Constitución.

Una reforma política que permita una verdadera participación de todas las fuerzas sociales, que signifique una verdadera representación, una conformación de partidos y democratización de ellos; una reforma política que permita castigar de manera real a los responsables de hechos de corrupción.

Una reforma a la justicia, que ya la hemos tocado en este espacio, una reforma que acerque la justicia a la ciudadanía, que permita solventar sus conflictos.

Al fin la expedición de un Estatuto del Trabajo, la regulación de la fecundación in vitro, la reglamentación del derecho a la protesta; en fin, son sólo un pequeño cúmulo de realidades que no se han regulado, y que ocasión más propicia para hacerlo que esta situación de pandemia que nos permite afrontar nuevos retos, en el respiro obligatorio al que nos sometió.

Una buena legislatura, será el mejor regalo de aniversario para nuestra Constitución y para los colombianos.

Juan Diego Barrera Arias es jurista de la reconocida firma Barrera Arias Abogados & Asesores. Abogado de la Universidad de Antioquia, es innovador pedagógico, como Director Canal Youtube, La Nota Jurídica. Hace parte del Grupo Consultor de la Escuela del Buen Vecino en la SAI.

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Nuestro connotado jurista de Escuela del Buen Vecino, doctor Juan Diego Barrera Arias, nos trae otro Tema Forochat. Imagen cortesía portal dw.com