El pájaro bobo

Por. Edison Mauricio Echeverri Hernandez
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Y allí estaba Dodo, sentado de frente al horizonte, con la mirada gacha, con un batido de sentimientos que le acongojaba y robaba de su rostro aquella sonrisa que le caracteriza, cuestionaba su ser, su existir, las palabras de todos, que durante años le han señalado lo que según ellos, lo convertían en un ser tonto e incapaz de llevar a feliz termino las fantasías que lograban emanar de su cuestionada mente. Dodo era un pájaro bobo, una de las tantas especies, que habitan el territorio de la república animal y como todo pichón, permanecía una gran parte de su tiempo en la escuela, es precisamente de ésta, de donde se desencadenan todos los sentimientos que abrumaban a nuestro particular personaje. Entremos un poco mas en detalle en sus aflicciones, resulta que en el sistema educativo de la república animal, Dodo, se encuentra en una notable desventaja, ya que su particular inteligencia, lo aleja de los estándares sociales, que le permitirían ser catalogado como un animal inteligente; y es que en este sistema si no se tienen capacidades matemáticas o en un escalón mucho más abajo, capacidades lingüísticas, entonces tendrás enormes inconvenientes al transcurrir dicho camino.

Los obstáculos se disipan desde múltiples frentes, por un lado esta la familia, que con justa causa exige de sus cachorros, un buen rendimiento académico como parte de su formación animal, aunque en la mayoría de los casos, sin considerar las facultades que identifican su cría y "obligándolos" a encasillarse en la ruta de las mayorías; por otra parte están sus coetáneos, quienes de manera inconsciente y algo hostil, entre chanzas y burlas, atacan directamente su autoconcepto, poniendo a prueba las aptitudes y características personales, que intervendrán, a favor o en contra de las criaturas, no en vano es esta su primera experiencia social; aunque este es solo el humo, el fuego es derivado de un sistema rígido, que no ofrece alternativas y que solo se concentra en las asignaturas estándar. ¿Y qué hay de aquellos cuyas aptitudes no encajan en los lineamientos?, ¿qué guía se le da a aquellos, que no tienen como horizonte las ingenierías o las carreras, que se establecen sobre esas materias donde la mayoría no son buenos, pero donde se enfocan los esfuerzos?, ¿qué herramientas se le dan a los futuros artistas, deportistas, artesanos, animalistas, historiadores, ambientalistas?, ¿si tendrán en cuenta la multiplicidad del conocimiento o el concepto de formación?, ¿no es cada ser un universo?, ¿si estamos en mundo que lucha por la diversidad de genero, sexual, racial, religiosa, en un mundo globalizado y cambiante, por qué permanece un sistema monógamo que no se preocupa por la diversidad intelectual?, ¿acaso no es momento que en la educación de la República animal, se luche por motivos que se extiendan mas allá de los beneficios económicos? Son muchas las preguntas y seguramente muchas las justificaciones, pero allí estaba Dodo, víctima de un sistema que le enfrasco en el vagón de los tontos.

Mientras el sol terminaba de ocultarse, Dodo, dejó salir una última lágrima y el batido de sentimientos se transformó, en la agobiante sensación de no ser valioso, dio media vuelta y con un caminar cansino, se alejó de la costa, buscando el camino de regreso a casa, de repente se topó con una multitud, donde algunos estaban desesperados por tomar el mejor ángulo, la mejor foto o el mejor video, mientras otros, solo observaban angustiados sin saber como proceder. Cuando nuestro amigo dirigió su mirada hacia el foco de la atención colectiva, lanzó un grito y corrió tan rápido como pudo, ya casi sin aliento, logró llegar donde aquel burro, que parado sobre la cornisa, se disponía a dar un paso hacia la eternidad. Mientras recuperaba el aire, le habló a su agobiado acompañante, le preguntó su nombre y rompió el hielo al cuestionarlo sobre la vista desde allá arriba, aquel sonrió y contesto: "depende de lo que mires, pues si miras el mar, es hermosa, pero si buscas una mirada al futuro pues..."

Hablaron un buen tiempo y mientras transcurrían los minutos, la multitud crecía y las palabras de Dodo calaban en la profundidad del burro, quien esbozaba tímidas sonrisas, cada vez con mas frecuencia, de repente hubo movimiento, aunque para sorpresa de todos, no el que imaginaban, el burro extendió su casco y tomando el ala de Dodo, dio un paso hacia territorio seguro y con un granito de esperanza, se dispuso a enfrentar esos nuevos amaneceres que le faltaban por vivir. Al llegar a la puerta del edificio, paramédicos se llevaron al burro y la atención se dirigió sobre Dodo, que con humildad recibió las arengas y los aplausos de la multitud, quienes lo catalogaron de héroe, aunque se sintió bien, nada se comparaba con el amor propio, que rebasó su ser, al sentir que salvó una vida y que a pesar de todos los juicios recibidos, ahora conocía bien su valor. Levanto su mirada y pudo ver a varios de los compañeros, que lo catalogaron de tonto, los cuales también aplaudían, con su rostro desencajado y su ojos bien abiertos, comprendieron que aquel ave, a pesar de ser un pájaro bobo, no era el tonto que todos juzgaron, solamente era un inteligencia incomprendida opacada por un sistema lineal en un mundo polivalente.

Así como Dodo, existen muchos cachorros sometidos a constantes juicios, por las aptitudes que no poseen. No sería mas justo ver esas que si poseen y ayudarles a potenciarlas, a hacer de si mismos su mejor versión, a llenarlos de herramientas para que enfrenten su futuro. Puede que sus cachorros no sean médicos, ingenieros, arquitectos o abogados, puede que sus crías simplemente sean felices y como Dodo, logren probar al mundo que su inteligencia esta en un campo diferente, pues este pájaro bobo, en el mundo matemático era un tonto, pero en el ámbito animalista, es el genio que salvó la vida de un burro. forochat.com.co

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