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¿QUÉ ES LA TURISMOFOBIA Y COMO AFECTA A EUROPA Y ASÍA?

Por: Francisco Zapata Vanegas Constitucionalista Universidad de Antioquia Portavoz FOROCHAT
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Visitantes provenientes de los países de América Latina, los denominados despectivamente “sudacas”, son a la sazón los turistas más rechazados, insultados, e ingratamente reseñados en la Europa actual. Dura es la realidad pero es la realidad: Los destinos más adversos para los latinos, son increíblemente aquellos localizados en España.
La industria del turismo, una de las más millonarias en el mundo, tiene su punto vital y estratégico en recuperar y fortalecer las arcas a países en bancarrota mediante el incontrolable auge de los precios en los lugares aludidos, y plantea también un reto de tolerancia y convivencia en el encuentro dinamizador y enriquecedor de culturas, lo que parece constituirse en todo un desafío.
Resulta todo un contraste, que la gente proveniente de Asia y del viejo continente, viven la pasión de viajar y disfrutar de otros mundos maravillosos y mágicos cuando pisan el suelo de Rio de Janeiro, Cancún, Ciudad de México, Cartagena de Indias, Santiago, Viña del Mar, Lima, Cuzco, Sao Paulo, Buenos Aires, Bariloche, Ciudad de Panamá, y Bogotá; destinos preferidos porque en nuestras tierras encuentran un incondicional e ilimitado ambiente de bienvenida; donde todo se puede, donde todo se tolera, gracias a la creencia muy arraigada entre nosotros de que cuando llegan los foráneos, se da el mágico contagio de la civilidad y la inmediata nutrición de la excelsa cultura milenaria, aunque en miles de millones de ocasiones, ellos arriban con los bolsillos vacíos y como “simples mochileros”, remoquete muy tropical que les imponemos en razón de su picaresca y exhuberante presencia.

En cambio no sucede igual con los latinos en el mundo. En Barcelona – la ciudad típica del mundo que vive del turismo-, Palma, Baleares, y Madrid, los turistas cada vez apestan más. Si, así como suena. Los flamantes ciudadanos del viejo continente, sienten y expresan su desasosiego de mil maneras ante la presencia de nuestros hermanos amerindios hasta el punto de sentir que los están expulsando de su territorio. En España –como caso concreto-, la clase política aprovecha para ganar adeptos sintonizándose con el rechazo, a pesar de los 75 millones anuales de visitantes, cifra nada despreciable que los afora con un crecimiento en cinco años de un 30%, que a la larga representa un salvavidas a una economía que todavía se debate en la más crítica recesión. El dato anterior, contrasta con la opinión de los vecinos de Barcelona que consideran el turismo el segundo problema más grande en su ciudad. Recordemos que el ego y arribismo de ellos es tan elevado, que cada día toma más fuerza su persistente pasión separatista de la República española.

Pero la creciente ola turismofóbica también invade Alemania, Francia e Italia, convergiendo hacia un consenso de limitar el turismo mediante agendas anuales de cifras permitidas, erradicar el término “masividad”, así como cualificar a los visitantes hacia un turismo sostenible. Su cometido avanza a toda prisa antes de que se presente irrupciones de violencia física. El creciente odio a los turistas en Barcelona, se extiende como una plaga en ciudades como Venecia, Berlín, Roma, y Toronto.

La turismofobia presenta un cuadro aparentemente contradictorio. Mientras los gobiernos son complacientes al ver inflar sus ingresos fiscales, las comunidades locales sienten estrechez, incomodidad y deterioro de su tejido social ante la basura que les deja los visitantes, no sin razón ante el tema sensible de protección a los paraísos naturales, que a diferencia de la creciente apatía con el cuidado de nuestros recursos en América Latina, ellos en cambio si han activado sin timidez la alarma frente a la clara amenaza de vertiginoso deterioro que impacta negativamente su ambiente sostenible.

En nuestra era global, no se puede ocultar la turismofobia como un terrible y creciente flagelo para la humanidad. Este creciente mal, continúa extendiéndose ante la mirada silenciosa y cómplice de muchos gobiernos. El caso de la ciudad italiana de Venecia es una prueba: cuenta con 50.000 habitantes, y recibe al año 30 millones de foráneos, lo que está llevando a plantear severos controles como instalar registradoras y hasta considerar rechazar a ciertos turistas en razón a determinados perfiles. Una regla maliciosamente diseñada y que hace carrera hacia la exclusión, es el desaforado encarecimiento de los alojamientos.

Pero el tema contra los turistas en Europa y Asia presenta diversas aristas. En ciertos lugares del Japón, como es el caso del destino: Aguas Termales, no son bienvenidos los turistas tatuados porque representan un choque cultural y son asociados a las mafias del crimen organizado.

Así las cosas; si usted es uno de los apasionados por conocer el mundo, tenga en cuenta los siguientes destinos que le son terriblemente adversos, sobre todo en costos de impuestos que han sido elevados astronómicamente para reducir el flujo de visitantes. Esos lugares son: Islas Koh Khai de Tailandia, Bután en el Asía, Ámsterdam en Holanda, el puerto griego de Santorini, la región italiana de Cinque Terre, Arlington en Texas, Nueva York, y las Vegas.

En los albores del siglo XXI, tan etiquetada como la era del humanismo, estamos verificando con profunda tristeza la creciente brecha entre la retórica y las acciones de los hombres. No hay coherencia como tampoco congruencia en los proyectos de sociedad de los pueblos que nos enseñaron la cultura milenaria de la sociedad abierta con sus valores del pluralismo y la tolerancia. Ellos mismos con sus precarias y lamentables acciones han venido sepultando deliberadamente su historia y legado de civilidad. Muy pronto enseñaremos en la cátedra de historia universal los pasajes de tolerancia, solidaridad y vigencia fraternal.

A propósito de volver al pasado: durante la historia del cristianismo en España, había un cuerpo de seguridad que protegía a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago, quizás desde Francia, hasta la ciudad de Santiago de Compostella (donde se cree llegó el apóstol Santiago) en las costas de Galicia, que era después de Roma y Tierra Santa, el santuario más importante de la Cristiandad. El hombre a través de la historia, nos debiera llevar a ser mejores, lo que en manera alguna se logrará si durante las mutaciones políticas, culturales y sociológicas, permitimos sin siquiera sonrojarnos, que se arrase con los principios y los valores que le han dado fundamento al crecimiento integral del hombre. Tal reflexión es la que nos ha llevado a preguntarnos: ¿A DONDE NOS CONDUCIRÁ LA TURISMOFOBIA? Forochat.com.co

El abogado constitucionalista UdeA y Portavoz FOROCHAT Francisco Zapata, nos presenta un análisis descarnado de la turismofobia. Otro mal que invade a la humanidad. Foto Turismo Infobae