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CUANDO EL VALLENATO QUEDÓ SIN CONSUELO

CARMELO ANTONIO RODRIGUEZ PAYARES HONDA HERIDA
Desde el municipio del Bagre, Antioquia con EL TÁBANO
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“Como le encantaba a Escalona llenar de mentiras a las mujeres”, dijo en su momento y con su cadenciosa voz que tanto caracterizaba a la Cacica Vallenata, Consuelo Inés Araújo Noguera, cuando fue indagada sobre una de las letras que más le gustaron en su vida en el amplio recorrido por este folclor, el que ella misma tuvo que defender a capa y espada, tanto en su natal Valledupar, como en las altas esferas citadinas en Bogotá, cuando se hizo una de la más connotada y brillante columnista del diario El Espectador, a través de sus escritos en “La Carta Vallenata”, la misma que escribió y sostuvo a lo largo de 22 años en ese prestigioso periódico de estirpe liberal.- Después agregó: “este es uno de los cantos más bellos que ha hecho Rafa, a mi me fascina, es un merengue, es Honda herida” y enseguida lo canta:
Que yo tengo una herida muy honda que me duele
que yo tengo una herida muy grande que me mata
y un hombre así mejor se muere ¡ay! para ver si al fin descansa


A mí solo me queda el recuerdo de tu voz
como el ave que canta en la selva y no se ve
Con ese recuerdo vivo yo y con ese recuerdo moriré
.
Tal vez la suerte de la música vallenata hubiera corrido un peor destino del que muchos pretenden todavía darle con sus letras chabacanas que no dicen nada, sino hubiera aparecido en su camino el carácter y la reciedumbre de una mujer que tuvo la firme decisión de tomar estas banderas y defenderlo cuando muchos de sus paisanos no daban un peso por su futuro, al extremo de calificarlo como una música de borrachos que a lo sumo alegraba a los campeches pobres en sus eternos descansos de los domingos cuando no les tocaba atender las fincas ajenas.- Habrá que imaginar, además y como si le faltara otra oreja a la olla, que estaba en una sociedad machista, como aún lo es, y el sólo hecho de expresar su respaldo hacia este sentimiento musical con tanta vehemencia como solía hacerlo a través de los medios locales, le fueron creando un aura de mujer con un talante como pocas.- De su vida siempre habrá mucho que contar, sobre todo porque fue una persona que lo dio todo de sí hasta el punto de morir a causa de los tiros cobardes propiciados por unos guerrilleros que la habían secuestrado con la ilusión de hacerse a un botín económico y no del alma que había sido capaz de poner el nombre de Valledupar en los idiomas del mundo entero.-

Vino al mundo el jueves primero de agosto de 1940 en el hogar compuesto por Santander Araújo y Blanca Noguera y fueron sus hermanos Jaime, Alfredo, Mireya, Elvira, Álvaro, Emelina, Rodolfo e Isabel y tras la muerte de su padre, cuando Consuelo apenas contaba con 14 años de edad, tuvo que dejar de asistir al colegio ya que las mujeres de la familia fueron las encargadas de proveer económicamente para los estudios de los hombres de aquella casa.- A los 18 años recién cumplidos contrajo matrimonio con el abogado, militar y hacendado Hernando Molina Céspedes, un hombre 13 años mayor que ella, de familia acaudalada y con propiedades en Patillas, de cuya unión nacieron Rodolfo, Hernando "Nandito", Ricardo, María Mercedes y Andrés Alfredo Molina Araújo, relación que se mantuvo hasta el año de 1979 cuando la pareja tomó la decisión de separarse.- Su capacidad de liderazgo y de conocer los temas a puro pulso y la amistad que tuvo su primer esposo con personajes de la talla del escritor cienaguero Álvaro Cepeda Samudio, de la pintora Cecilia Porras, de Rafael Escalona Martínez y de Gabriel García Márquez, le permitieron pisar los terrenos de la leyenda y fue así como en 1968 salió a la luz pública el primer festival de música vallenata y un año más tarde el periodista Hernando Giraldo le dio su segundo bautizo al llamarla la Cacica, que llevaría por siempre hasta aquel aciago día sábado 29 de septiembre del 2001 cuando fue muerta de manera cobarde en el sitio la Nevadita, a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, en una cuchilla de la Sierra Nevada de Santa Marta.- La historia dice que murió con su traje color mandarina ribeteado de azul oscuro, estilo safari, un collar guajiro y zapatos bajitos con un mensaje escrito que a la letra decía: “Jesús, hijo de David, ten compasión de nosotros, que somos pecadores.-

Ahora que estamos a punto de celebrar los 35 años de la ceremonia de la entrega del premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez, habrá que recodar que Consuelo Araújo Noguera fue la encargada de organizar y liderar la comitiva vallenata que acompañaría al escritor colombiano al majestuoso evento realizado en el Aoso Gymnasum de Estocolmo, Suecia y fueron sus invitados los Hermanos López y Los Hermanos Zuleta que acompañaron a la comitiva a ritmo de vallenato.- Eso le dio para escribir este bello relato: "Cuando las notas de Emilianito y la voz prodigiosa de Poncho comenzaron a cantar, cuando en un rapto de emoción Poncho me pasó el micrófono para que le ayudara en el coro, vi detrás de mis propias lágrimas, a Tachia Quintana —una vasca amiga de los García Barcha— con la cara entre sus manos, presa de un llanto compulsivo. Después ella misma me dijo que cuando sonó el primer acorde casi grita, porque estaba pensando en ese paseo que García Márquez le enseñó hacía más de 20 años en París, cuando no tenían calefacción ni mucha comida". “Fue algo apoteósico, delirante, mágico. Los aplausos que retumbaban en el salón hicieron que Emiliano y Pedro y Pablo acometieran los compases de la ‘Patillalera’ que fue recibida con otra ovación y con Gabo echado hacia bien atrás en su silla para poder mirar hacia donde estábamos los descendientes de Francisco el Hombre rindiéndole a él el tributo de nuestra admiración”. Allí se revivió la primera vez que el laureado escritor Cataquero reveló a los lectores su pasión por la música vallenata.- Fue en mayo de 1948 a través de un artículo suyo en el diario cartagenero El Universal que empezaba diciendo: “No sé qué tiene el acordeón de comunicativo que cuando lo oímos se nos arruga el sentimiento”

Tras su muerte violenta fueron condenados Omar Antonio Castrillón Luque, alias César, Cecil Alfonso Rodríguez Sánchez ‘Amauri’ y Samuel Arias Galvis el ‘Tigre’, integrantes del frente 59 de las Farc y con toda la historia que nos dejó la Cacica que a veces firmada juntado sus dos apellidos, es bueno recordarla con una letra que le hizo su amigo en la eternidad, Diomedes Dionisio Díaz Maestre.-
Adiós Consuelo te fuiste del Valle
y a todo el mundo le dejas su historia
que Dios te tenga rodeada de ángeles
allá en el cielo colmada de gloria
.

Exclusivo para forochat.com.co el ameno periodista Carmelo Rodriguez nos sorprende con más sobre la Cacica del vallenato. Imagen GEOCITIES.ws