RECETA PARA ARREGLAR A COLOMBIA
15 septiembre, 2017
Viviendo la Constitución (1)
21 septiembre, 2017

UN LUGAR MISTERIOSO

MILDRED ESTEFANÍA ROLDÁN LÓPEZ
Escritora de relatos infantiles
[email protected]
-Vamos, vamos entremos sin ellos- le decía Lucía a Juan parados en la esquina de la calle, todos con los ojos bien abiertos y las piernas temblorosas, pero con un fuerte nudo en el estómago, de esos que provocan un risa nerviosa, sacó un paquete de dulces y le dio también a María y a Nicolás, haciendo más dulce la espera, pero ni Simón ni Karla llegaron, Lucía no era nada paciente y tras un tiempo ya muy seria casi enojada les ordenó que entrarán, o si no entraría ella sola, comenzaron a caminar con misterio.

Se trataba de la gran mansión abandonada que se encontraba en la calle Gerger, hacía más de 20 años que nadie la habitaba y gran parte de ella estaba consumida en ruinas, este grupo de pequeños amigos habían decidido explorar este extraño lugar, iban dispuestos a ver todo tipo de cosas fantásticas y abominables.

Había un patio gigantesco, que tenía un jardín con plantas ya marchitadas y un terrible olor a podredumbre, cuando llegaron a la reja que cercaba la mansión esta se abrió inmediatamente produciendo un aterrador sonido pero ya no había vuelta atrás, la noche había llegado y con ella la oscuridad, dieron un paso al frente, y la reja se cerró, sólo quedaba continuar.

Al subir las escaleras que daban al porche, una sombra muy rápida pasó delante de ellos, todos gritaron y se miraron pálidos, luego la sombra volvió a pasar ya más despacio y ronroneando, era tan solo un pequeño gatico, se rieron de sí mismos por su cobardía y continuaron.

Giraron el cerrojo y ya estaban adentro, una nube de polvo los atacó y entre telarañas llegaron a la sala, habían retratos viejos que lucían macabros, y aún quedaban cortinas, y manteles antiguos medio rasgados y con manchas de óxido, de repente hubo un ruido en el piso de arriba todos se miraron y vieron esas gigantescas escaleras de madera que subían infinitamente, debían inspeccionar que pasaba, a cada escala el miedo se hacía más fuerte.

El ruido arriba continuaba creciendo unos quisieron regresar pero Lucía no se los permitió debían llegar hasta lo más alto. En este piso habían dos cuartos decidieron dividirse para cada uno inspeccionar, el primero era un cuarto que tenía un gran piano, y un enorme sillón, María sacudió el polvo y tecleó algunas notas que sonaban de manera distorsionada mientras Nicolás se apoyaba en el sillón jugando a ser un gran señor, servía en unas viejas copas curtidas “vino” de una oscura botella y simulaba tener una larga conversación con grandes invitados.

Lucía y Juan habían llegado a un cuarto con un papel tapiz rosa que apenas se lograba conservar su color ya desgastado, una pequeña cuna y un sonajero sobre ella, en una esquina un baúl entreabierto, Juan quiso alejarse pero lucía lo obligó a acercarse, al abrirlo estaba lleno de juguetes extraños cuando lucía estaba a punto de tomar uno en sus manos los sobresaltó el sonajero que comenzó a girar y a sonar con una melodía tierna y aterradora, se fueron aproximando y al mirar dentro de la cuna vieron a un bebé que lloraba y al observar las cortinas estaban teñidas de rojo, gritaron fuertemente y corrieron hacia las escaleras, María y Nicolás al escucharlos iban a salir pero la puerta se cerró y asustados corrieron por la ventana que daba a un baño ,la bañera comenzó a llenarse de agua de un color negro lograron salir de allí a las escaleras y encontrarse con Lucía y Juan que estaba aterrorizados ya a punto de llorar bajaron corriendo las escaleras y en el piso de abajo se abrían y cerraban las ventanas y pudieron ver una mancha oscura que bajaba por las escaleras, acorralados en un rincón cerraron sus ojitos, ya estaba claro que esta extraña alma se apoderaría de ellos, pero lo único que escucharon además de sus gritos fueron unas risas que a todos les sonaron conocidas, al abrir sus ojos eran Simón y Karla, que no podían parar de reírse, se lanzaron sobre ellos y los aplastaron con sus cuerpos, les habían jugado una buena broma aún asustados todos comenzaron a reír, pasaron un tiempo más en aquella mansión para luego terminar la noche contando cuentos de terror. forochat.com.co

Los domingos son de inocencia, imaginación y encuentro en familia, gracias a los relatos infantiles de Mildred Estefania Roldán López. Imagen Pinterest