UNA COMPAÑÍA SILENCIOSA

Los parques son lugares mágicos y en cada momento del día hay algo que los hace especiales, en la madrugada pasan personas llenas de energía que caminan de prisa hacia sus trabajos, en la tarde las familias comparten, los estudiantes salen de clase entre brincos, y cuando cae el sol los amigos llenan de risas e historias el lugar y los enamorados se miran a los ojos siendo felices, todos allí radiantes excepto una pequeña banca solitaria ubicada en una esquina de este bello parque.

Mapu no era feliz, siendo una linda banca de madera escuchaba atenta cada una de las historias y los juego de quienes se sentaban en ella, pero poco a poco se sentía más sola e iba perdiendo el interés por lo que sucedía en el parque, volviéndose la banca más fría de todas, hasta que cierta presencia se posó sobre ella.

Carlos no tenía una vida común por múltiples circunstancias su cama eran las aceras, su almohada los ladrillos y solo cubría su cuerpo del frío con unos cuantos pedazos de papel periódico viejo, pero él era feliz, recorría la ciudad de un lado a otro descubriendo nuevos caminos, y fue así como llegó justamente al parque donde se hallaba Mapu en su melancolía y tristeza.

Fue sobre su superficie que este hombre agotado descansó, Mapu sintió su calor y por primera vez pasó toda la noche en compañía. Al siguiente día este hombre se marchó y de nuevo

la invadió la tristeza, pasó todo el día oscura y fría, nadie se sentaba en ella y si lo hacían ella sabía que tarde o temprano se marcharían, ya no quería seguir siendo una banca solitaria, comenzó a dejar que la lluvia perforará sus grietas causándole humedad, sus estilizadas patas de acero comenzaron a oxidarse y cuando su último aliento estaba por agotarse vio como un niño corría feliz con un globo rojo en su mano y de repente este se soltaba y comenzaba a volar, el niño en lugar de llorar se quedó maravillado observando como el globo subía y subía en el cielo y sonriente siguió su camino, por qué no podía ella ser feliz contemplando a los caminantes como a este globo elevándose, escuchar los gritos y las risas del parque, quería seguir con vida para tener admirar los sucesos del día a día, volvió a permitir que los rayos del sol la secarán y poco a poco volvió a la vida.

Luego de un tiempo cuando oscurecía una persona llegó a ella y acurrucada durmió en su superficie, le produjo una sensación que ella reconocía, era Carlos volvía a pasar por este parque, este humano tenía el corazón tan cálido como una hoguera y hacía que su madera fuese más fuerte y reluciente, al otro día ya con alegría ella pudo ver como se alejaba, lo despidió en vano, pues al anochecer nuevamente reposó sobre ella, y así noche tras noche, que compañía tan bonita la que le brindaba, ella fue feliz en especial en el momento en que ya estaba lista para apreciar la compañía de un mundo cambiante y en constante movimiento. forochat.com.co