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VARGAS LLERAS EN LA DERECHA, ¿UNA BUENA JUGADA?

FRANCISCO ZAPATA VANEGAS
Portavoz forochat.com.co
Abogado Constitucionalista Universidad de Antioquia
Docente Universitario en Ciencias Jurídicas y Periodismo
[email protected]
@FZV17forochat
"En la política es como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal". J.F. Kennedy

La última vez que en Colombia el partido liberal se presentó con candidato a la elección presidencial, obtuvo un poco más de seiscientos mil votos. Esto sucedió en cabeza del ex ministro Rafael Pardo en el año 2010, contienda en la que fue superado por Nohemi Sanín con casi novecientos mil, Gustavo Petro con más de un millón trecientos, Vargas Lleras con cerca de un millón y medio, y Mockus con más de tres millones de votos, cifra que lo clasificó para disputar la segunda vuelta con Santos quien finalmente se impuso con aproximados siete millones de sufragantes.

De cara a la próxima elección, el panorama para el liberalismo con su candidato de La Calle no cambia demasiado en su aventura por la primera magistratura. La afirmación tiene fundamento, si tenemos en cuenta que el apoyo logrado en el 2014 por el presidente Santos, no es automáticamente transferible a ninguno de sus discípulos. Las fuerzas políticas de la coalición de Unidad Nacional están hoy dispersas en sectores con candidato propio: el partido conservador, cambio radical, y los del polo declarado por el momento más cercanos a Claudia López y Fajardo.

En el evento de recoger los adeptos de Piedad Córdoba, sumar los electores del partido Farc, lograr adicionar los reductos del partido de la U y los votos capitalinos de Petro; podría eventualmente De La Calle ajustar para pegar el susto, eso siempre que logre la fórmula vicepresidencial de la gobiernista Clara a fin de aportar lo que le queda de opinión favorable. Frente al hipotético escenario, De la Calle deberá pensar y obrar con descarnado realismo: es el candidato de una colectividad que mal contados le puede ofrecer como cuota de arranque unos seiscientos mil votos. Parece increíble pero cierto. El otrora mayoritario partido rojo, el del triunfo contundente de Barco en el 86 con más de cuatro millones de sufragantes, el de Cesar Gaviria en el 90 con casi tres millones, se enfrentará en el 2018 con fuerzas de mayor contundencia electoral: la coalición verde centro, y el denominado Centro Democrático en vía de fortalecerse en el evento de un Ramos deponiendo su aspiración.

Muchos dirán que este análisis de mecánica electoral adolece de criterios de medición propios del contexto histórico de cada proceso, al dejar de lado aspectos claves como partidos sólidos en el pasado, y el crecimiento demográfico y su obligada corrección en cuanto a voto joven en el censo electoral. Los dos aspectos señalados más que mejorar la expectativa de Humberto de la Calle en las justas del 2018, suman en su contra. Veamos las razones: 1. Si de partido unido se trata, en los eventos de 1986 y 1990, en esta última contienda, importantes fuerzas liberales optaron por Álvaro Gómez y Antonio Navarro al considerar que Cesar Gaviria no representaba el sueño de cambio que para entonces representaba el asesinado Luis Carlos Galán. Así mismo para 1986, la fresca figura de izquierda UP con el doctor Jaime Pardo Leal, arrastró a su favor una importante vertiente social del liberalismo; eso sin contar a sectores críticos liberales que se identificaron con la propuesta de lo fundamental enarbolaba por el doctrinario Álvaro Gómez.

2. En cuanto al crecimiento demográfico y el impacto creciente del voto joven como factor obligado de corrección en el censo
electoral, tampoco ayuda al panorama de un partido como el liberalismo con muy poco protagonismo en el escenario de la Colombia de hoy. Si bien es cierto ha crecido el censo electoral, también y en mayor proporción el abstencionismo, el impacto funesto de la corrupción con la consecuente apatía por el accionar político. Toda esa realidad adversa, solo lleva a rememorar con profunda nostalgia el clamor irredento por el trapo rojo.

Hay que advertir que De la Calle la tiene muy clara, al punto de ser el que ha diseñado la más honesta y sólida estrategia para una contienda presidencial tan atípica como la que se aproxima: mostrarse como la opción antiuribista y el portaestandarte de la paz. Él mismo es consciente de que las fuerzas más decisivas del otrora partido liberal, están muy sólidamente afianzadas en Cambio Radical y Centro Democrático. También los del "ni-ni" podrían medrar en los votos liberales al acercarse a de La Calle con la excelente estrategia de declararse de centro, el lugar que abandonó Vargas Lleras asumiendo el enorme riesgo de marcarse como clara opción de derecha. Es por todo lo analizado, que la opción de pura mecánica electoral de los verdes Claudia López y Fajardo, marca la delantera en cuanto a identificarse con el electorado liberal, mostrándose como opción ponderada que en manera alguna contempla la posibilidad de sumarse a De la Calle, así digan en los medios cosas fraternales. Eso es pura estratagema que los fortalece por el camino de los paralelos con Dela Calle. Es que los verdes definitivamente son más dinámicos, a tal punto que ante un momento crítico, no es descartable tampoco acomodar a Iván Duque como fórmula vice de la candidatura de Fajardo. Duque del centro democrático, eventualmente jugaría además como fórmula de Marta Lucia Ramírez en la propuesta de unidad social conservadora.

No declararse radicales trae sus ventajas. La carta de mayor movilidad política en los verdes es definitivamente Fajardo. Robledo, Claudia, y Navarro lo saben. Este es el más pragmático de los denominados verdes. Mientras sus aliados cierran de frente la puerta a ciertas opciones de coalición, el ex gobernador es ambivalente. Pruebas hay a granel, Fajardo en reciente fogueo para la W (lo pueden ver en youtube), es el único que dejo pendiente una respuesta de alianza con una opción de derecha.

Resulta históricamente increíble, que ad portas de la elección presidencial 2018, el partido conservador se muestre más fresco y renovado para este juego decisivo. Al partido liberal no le favoreció el aplazamiento en el 2014 de la vocación de poder que históricamente lo caracterizaba. La jugada de sumarse a la opción Juan Manuel Santos, definitivamente lo inmovilizo. En cambio el partido conservador jugó a la presencia en primera vuelta con histórico protagonismo de Marta Lucia Ramírez y sus casi dos millones de votos que la mantiene vigente, así los congresistas conservadores disfrutarán de ocho años de poder. Hoy Ramírez es sin lugar a dudas una figura coyuntural para el próximo año, con la posibilidad de reunir a su favor a la gente de Ramos.

El voto decisivo en las regiones también se encuentra ya cautivo. La región Caribe que aportó una cifra contundente en favor de la reelección de Santos, hoy está bajo la férula de Vargas Lleras con los Char, en Antioquia la gobernación le sirve ciegamente al uribismo de pura cepa dando la espalda a los liberales, y en Medellín las fuerzas son fajardistas y en segundo orden uribistas con su clara influencia en la alcaldía de estirpe fajardista-uribista. En los casos del Distrito Capital, Valle y Santanderes, vuelve y juega la dupla Fajardo - Claudia. Ellos llevan las de ganar en Bogotá, donde registran históricamente un voto amigo trabajado con Garzón, Mockus, y Peñalosa desde el 2010 con más de tres millones quinientos mil sufragantes. Una sub clasificación de voto de opinión como lo es el voto joven, el universitario, el rebelde, se localiza de manera muy visible en la capital donde es arrollador Petro, sinergia muy compartida con Claudia López y Fajardo.

Así las cosas y contra toda lluvia de encuestas que al igual que en pasado inmediato volverán a ser estruendosamente derrotadas, aquí van a jugar las alianzas poco programáticas porque ya el pueblo nos les cree la carreta, y muy precarias en ideología porque todos ellos piensan de manera muy cambiante. Muy poco les ayudará el cuento anti corrupción, porque en el fragor del debate sobrarán episodios y señalamientos hacia todo lado: la derecha- la izquierda y -el centro, todo a la manera de un tsunami que no dejará títere con cabeza. Lo que tendremos en el debate presidencial, será -vuelvo a repetirlo- simples alianzas seudo caudillistas, populistas y demagógicas alrededor de ciertos carismas y con la apuesta a eliminar la segunda vuelta. Será un juego mecánico de binomios que aseguren resultados electorales. Por lo expuesto, nos aventuramos a estas parejas: Vargas Lleras- Iván Duque, Vargas Lleras- Marta Lucia Ramírez, Fajardo-De La Calle, Fajardo - Iván Duque, Vargas Lleras-Clara López, Vargas Lleras-Juan Manuel Galán, Marta Lucia Ramírez-Iván Duque. No sé por qué razón de fondo, hay quienes siguen pensando que la intrépida Claudia López es la simple formula de comodín de Fajardo. FZV forochat.com.co
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