FAJARDO: EL NUEVO VOLTAIRE

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire

A mi me tiene muy preocupado la Colombia que hemos heredado y particularmente la de hoy, no por sus logros aplazados que es común a las naciones jóvenes en el mundo, sino por la clase de dirigentes que tienen en sus manos los destinos de 48 millones de personas.

Si echamos un vistazo a quienes aspiran a gobernarnos, es importante contarle al mundo que la mayoría de ellos se han detenido en el problema y han dejado de lado la solución. Con una buena dosis de cinismo, han olvidado el legado de la política con argumentos de los griegos y los revolucionarios dieciochononicos, y han preferido acomodarse en el terreno de los odios, los señalamientos y ese ambiente que promueven de abierta intolerancia.

Sergio Fajardo y Humberto De la Calle, representan alternativas que por su coincidencia esperanzadora, representan una salida práctica, de buen amanecer, de audaz alternativa de convivencia, y de construcción de un nuevo país planteado con la salida del conflicto y la urgencia de pasar la página.

Muchos bravucones señalan a Fajardo de comodín por el solo hecho de no seguir el turbio juego. El prefiere el espíritu tranquilo, el mensaje sencillo hacia la gente que quisiera volver a creer, y ha venido irradiando armonía como maná a la manera del papa Francisco.

A sus 62 años de edad frente a los 54 de Vargas Lleras, demuestra que se es más joven cuando se sueña con generosidad y se busca el auditorio de los sin futuro. Yo sé que a vos puede no importarte, porque aunque haces parte de los "descamisados", de los que nunca han sido tocados por ese derecho a la oportunidad, lo que te aborda y te ahoga el pesimismo entregándote a quienes nada importa la suerte de los que deambulan por las calles frívolas sin creer en nada ni en nadie.

Ante tanta perversión y juego sucio de los políticos colombianos, Fajardo representa el nuevo Voltaire porque vive y promueve la tolerancia en un clima de preocupante intolerancia. Al igual que Voltaire, se burla inteligentemente de la horda de bufones de la vieja Colombia, y cada noche se refugia encantado en la poesía, hace ludica social con el teatro, se mantiene al día con la literatura, y es matemático como lo fue el pensador francés. Si pasamos revista a sus antecedentes, también tiene orígenes de buena familia, ha sabido rodearse de los mejores contactos científicos y de civilidad, constituyéndose con sus penachos de cabello al aire en el nuevo Voltaire. Y claro esta, se burla de la estupidez humana que representa una clase política anacrónica y trasnochada.

El bienvenido pragmatismo planteado por la innopolítica del antioqueño Fajardo, lo conduce al igual que a Voltaire en su tiempo, a no dejarse atrapar de discusiones metafísicas, como tampoco servir al fanatismo religioso, optando por ser pastor de la nueva fe: la que enarbola y busca salidas innovadoras a las cuestiones cotidianas de nuestro tiempo.

Si bien es cierto, valdría la pena referirse a los aspectos buenos de tanto aspirante al primer cargo público de Colombia, yo preferiría echar mano de Humberto de la Calle. Un conocedor del funcionamiento del Estado, un libre pensador, un constructor de las instituciones desde la carta del 91, con igual reconocimiento a sus valiosos aportes a la declaración de derechos de la organización interamericana. Pero fundamentalmente, un viejo con corazón joven y con racionalidad plena de colombianidad: nos dio la paz a todos aunque nos demoremos un poco para comprenderla y disfrutarla. De la Calle y Fajardo representan el nuevo amanecer que Colombia merece y reclama. Gracias a TEMA forochat.com.co por la oportunidad.

TEMA forochat.com.co es la apuesta a la Escuela del Buen Vecino. Los aportes son de entera responsabilidad de sus autores. Lo que significa que en nada compromete la linea Editorial oficial del portal.