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OTRA REFORMA TRIBUTARIA ERRADA

CARLOS ANDRÉS ECHAVARRÍA BLANDÓN Critico Político
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Colombia está viviendo unos momentos de falsa tranquilidad económica debido a que nuestros mandatarios nos han escondido la real situación financiera del país.

Tras ocho años de absoluto despilfarro, donde se dilapidó una bonanza petrolera de más de 30.000 millones de dólares, donde se adquirió una deuda por una cantidad igual a la adquirida desde el primer presidente Simón Bolívar hasta Álvaro Uribe, donde se dejaron de pagar sentencias ejecutoriadas por más de 8 billones de pesos con intereses moratorios del más del 30% anual, donde la corrupción según indica el Procurador general Carrillo dice que suma 50 billones al año, los gobernantes se han centrado en que la solución es la consecución de más y más recursos.

La mayoría de los ingresos de la nación vienen de los impuestos que pagamos todos los colombianos, y es por ello, que cada vez que realizan una reforma tributaria buscan como meternos más la mano en los bolsillos.

No recuerdo una reforma tributaria desde la vigencia de la constitución del 91, donde se recorten los impuestos, siempre buscan hacer unos malabares para la obtención de más dinero, y es por ello, que siempre nos dicen, que se van a beneficiar ciertos sectores y que van a grabar otros, pero siempre al final el balance genera más ingresos para la nación. Parecen medidas maquiavelista, ya que comienzan a ordeñar un sector, y luego, cuando la vaca productora está escuálida y a punto de morir, sacan una nueva reforma que le disminuye el peso a ese sector y toma a otro, y así lo han hecho sistemáticamente hasta el día de hoy donde todas las vacas están en cuidados intensivos, ya que las sobrecargas de muchos años no se recuperan en unos pocos y así cada vez se están agotando más y más rápido los recursos y las reformas ridículamente, ya son anuales.

Hoy le disfrazan el nombre por Ley de Financiamiento, pero es una reforma tributaria, ya que busca comenzar a tapar el hueco fiscal que dejó el pasado mandatario. Sin embargo, al día de hoy seguimos esperando el balance de cuentas del presidente Duque. Que nos diga por ejemplo qué país recibió, qué situación económica tenemos hoy, qué obligaciones se adquirieron en el pasado periodo presidencial de 8 años, qué planes de pago prometió su antecesor, para que no se eche a las espaldas todas las herencias usted presidente Duque. Si usted calla, deberá asumir las consecuencias, su popularidad ya alcanzó límites horrendos de un 25% de aceptación a su gestión. Solo con 4 meses como presidente y ya con ese nivel tan bajo, le será imposible gobernar éste país.

No hay congresistas y senadores serios en materia económica en este país, todos están pensando en las elecciones regionales del año entrante. Debido a eso, solo miran qué es lo que les gusta y qué no de las propuestas del gobierno, qué los puede afectar y qué no, es por ello que el IVA a la canasta familiar se tumbó de la reforma, ya que no hay partido político que se atreva a asumir la consecuencia de apoyarlo. Todos los enemigos políticos lo tildarían como el partido que apoyo el IVA al pan y a la leche de los colombianos. Un total suicidio político. Pero el problema está mal planteado desde el comienzo, y no se ha contado con aliados políticos que vendan la tesis es sacar más dinero para que el gobierno pueda funcionar. Ese dinero debe salir de algún lugar, explicarlo con acierto a la opinión es lo que ha conllevado al error. Se suben los impuestos a los más ricos y se tiene un impuesto directo que todos pagamos muy alto que se llama IVA. Lo explicaré por pasos:

- La premisa del gobierno es, que las empresas producirán lo mismo y tendrán las mismas utilidades. Así que al subir el impuesto se recauda más. Que los colombianos consumiremos lo mismo y con un aumento del IVA se recaudará más. Ambas premisas son erradas y absurdas, por ello se refleja año a año el déficit fiscal, nunca se logra la meta de recaudo presupuestado, y la solución planteada es siempre una nueva reforma tributaria que aumente los impuestos.

- Si a un empresario le suben los impuestos, su empresa inmediatamente aumentará los valores de sus productos. Las empresas no son entidades de beneficencia, y asumen los nuevos impuestos. El empresario subirá el valor de sus productos ya que tiene unas obligaciones que le indican qué nivel neto de utilidad le debe quedar luego de pagar impuestos para seguir con el negocio. Si se vuelven muy costosos sus productos, lo primero que pasa es que el nivel de ventas cae, al caer el nivel de ventas, cada vez necesitará menos trabajadores para producir y aumenta el desempleo.En la calle cada vez existirá menos personas que puedan comprar sus productos y ese círculo vicioso se termina con el cierre definitivo de la empresa. Así que por más rechazo al empresarismo de los de la doctrina de izquierda, al aumentar los impuestos a los ricos, los directamente perjudicados son los pobres. No accederán a los bienes y servicios producidos por las empresas y quedarán desempleados si éstas cierran.

- La otra modalidad es aumentar los impuestos directos, el IVA. Allí el problema es peor, las personas que tienen un ingreso fijo, llámese salario, destinarán un mayor porcentaje al pago de esos impuestos, comprarán menos productos y al comprar menos productos habrá empresas que se verán perjudicadas por no existir compradores y se volvería al punto anterior.

- La solución planteada por los populistas es simple y siempre la misma, el salario mínimo es muy bajo y hay que subirlo y mucho. Otro error, parece que no supieran nada de economía o se hacen los desentendidos. Muy poético decretar incrementos fantásticos que en la realidad no sirven de nada. Venezuela ha decretado incrementos increíbles de un 3700% del salario mínimo agudizó la crisis, Lula en Brasil decretó un incremento del salario mínimo del 400% y ahora está pasando por una súper crisis que impacto la política haciendo que un candidato de ultraderecha ganara las elecciones. Lula también quebró a su país.

¿Por qué no es respuesta aumentar el salario mínimo?. La respuesta es más simple de lo que se imaginan. Al aumentarlo, las empresas incrementan sus bases de costos y así suben el valor de sus productos, generalmente esos nuevos costos están por encima del crecimiento del salario mínimo. Si a ello le sumamos los impuestos directos, las bases laborales verán que ese incremento no fue suficiente. El efecto en los empresarios será reemplazar mano de obra por equipos automáticos en número que dependerá del número de puestos que se reducirán con la compra de esos equipo. Ahorro de dinero en mano de obra, aunque en el futuro no habrá compradores.

- La solución debe ser mirar cómo se rebajan los impuestos. Al bajar los costos de las empresas, el valor de los productos disminuyen, puede que exista al principio algunos empresarios que no deseen bajar sus precios, pero por la libre competencia y el libre mercado será productivo ese descenso. Hace 14 años un banco (Bancafé) salé con la idea de bajar los intereses para compra de vivienda al 12% anual, en ese momento el interés promedio era por encima del 20%. Todos pensaron que ese banco estaba loco, menos los compradores que no dudaron en migrar hacia ese banco. Ahora la tasa promedio en toda la banca está entre el 11% y 14%, ninguno se quebró y se vivió una explosión inmobiliaria sin precedentes, se impulsó el empleo y con más empleo la economía se dinamizó.

- Ahora hablemos de los impuestos directos. Qué mal le hizo ese IVA del 19% a la economía que hoy sentimos sus impacto negativo. El 16% ya era alto. Con altos impuestos la gente compra menos o compra productos de manera ilegal para ahorrarse el pago del tributo, se dispara la economía informal, aumenta el contrabando con el efecto negativo de la evasión para un estado que recauda menos. Al no corregirse el mal, el Estado responde con más impuestos y más IVA.

Proponer aumento del IVA al 18, luego al 17 y en el año 3 al 16 no es solución sino repetición de un ciclo con efectos tóxicos ya conocidos. La medida audaz es la rebaja automática del al menos 9 puntos para quedar con un IVA del 10% que dinamizaría la economía de forma increíble. Con el mismo salario se podría comprar más productos, a mayor consumo hay más demanda o solicitud de productos, los empresarios necesitaran más mano de obra, y al haber más mano de obra se solicitaran más productos, éste es un verdadero círculo virtuoso.

El papel del Estado es fomentar la dinámica económica probando la reducción de los impuestos de manera tajante, al tiempo que debe comprometerse a diezmar el contrabando, la evasión, la fuga de capitales y los aranceles de los productos que se producen en el país. Hay oídos sordos, solo creen que aumentando y aumentando impuestos saldrán victoriosos.

Al tener una reducción drástica en la carga impositiva, pierde sentido la conversación del nuevo salario mínimo. El decremento de impuestos dignifica el salario mínimo ante cualquier aspiración de las entidades sindicales, y al existir gran oferta por mano de obra los salarios subirán. Un caso exitoso los Estados Unidos, disminuyeron impuestos de renta a las empresas al 23% a cambio de total empleo. Hoy en ese país técnicamente no hay desempleo y nadie trabaja por el salario mínimo.

En Colombia parece un imposible está política económica a causa de la Constitución Política de 1991, pues señala como se deben hacer los gastos del presupuesto, y al ser fijos, no permiten bajar los impuestos. En cada cuatrienio de gobierno el primer, segundo o incluso tercer año, los ingresos nacionales serán muy por debajo de los requerimientos. Así entonces, el país se es obligado a endeudarse para poder cumplir lo dispuesto en la carta. Hoy nos vemos ante un “default” financiero por el exceso de deuda, el país tiene las manos atadas.

Recapitulando, la solución no es subir y subir impuestos, eso solo genera más desempleo y más evasión. Se hace entonces necesario modificar la constitución para quitar esa carga impositiva de gastos, y claro que no lo hemos mencionado, hay que sanear el aparato estatal, no es posible que en país recaude según la DIAN unos 130 billones en impuestos con horripilante gasto de funcionamiento del Estado superior a los 150 billones. tarea inmediata entonces es adelgazar el Estado, abandonar la aplicación automática de la teoría económica de Keynes que se emplea en países en recesión.

Hay que apostarle con audacia y decisión a una política económica sana como la hemos expuesto para lograr un círculo virtuoso, de lo contrario, Colombia en menos de 5 años será totalmente inviable y con 5 años estoy siendo muy optimista.

Carlos Andrés Echavarría Blandón es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás, Creador de empresas y líder en emprendimiento con amplio reconocimiento público y privado en razón de sus Asesorías e interventorias.

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Escuela del Buen Vecino con la cuestionada reforma tributaria colombiana, y el análisis de el critico ingeniero Carlos Andrés Echavarría Blandón. Imagen Entreculturas.