Debido a los constantes ataques en contra de nuestro portal Forochat por parte de un grupo de inadaptados, que al no tener capacidad de argumentación buscan acallarnos por medio de bloqueos reiterados a todos los columnistas invitados, sobre todo si los artículos tienen algún contenido que los paniaguados de izquierda vean que van en contra de sus ideales o líderes de partido. Esa es la razón para que nos veamos perjudicados con la periodicidad de nuestras opiniones, buenamente argumentadas y dignas de controversia, y a lo cual los teníamos habituados el día martes, pero al no saber el día en que se pueda publicar, y teniendo a nuestro favor el haber logrado desbloquear la página, nuestras opiniones al pretender subirlas, pueden estar totalmente desactualizadas. Debido a esto tengo que cambiar un poco mis contenidos prendiendo sean más genéricas. En ese sentido ganaron los inadaptados y los intransigentes mamertos.
Dicho esto, comienzo con mi artículo.
Uno de los derechos fundamentales más loable, es el derecho a la educación, solo por medio de ésta se les da la oportunidad a todos los niños, niñas y adolescentes de caminar hacia el progreso y salir adelante en un mundo tan competitivo como el actual. Todos nacemos iguales y nuestros cerebros están vacíos y ansiosos de conocimiento, pero cuando a unos niños se les da una buena educación y a otros una de mala calidad, se condenan los últimos a vivir en un mundo sin oportunidades para ellos, sin calidad de vida y sin pensamiento crítico que les permita poder progresar. Negar educación de calidad a un niño, significa condenarlo a la miseria el resto de su vida.
Los jóvenes hoy en día, son adictos a las frases vacías y de cajón dictadas por unos cuantos populistas que enarbolan las banderas de la educación. Que la educación superior debe ser gratis, que todos deben acceder a las universidades y que todos deben ser profesionales, frases inocuas y en cierto modo ridículas, propias de un dictadorzuelo en potencia.
La educación en Colombia por constitución es gratuita y global hasta el grado noveno, pero desde hace muchos años está secuestrada por un sindicato atroz que solo ha destrozado futuros: Fecode. Un sindicato pro comunista que se ha encargado de llevar al país a los más bajos niveles de calidad en la educación cuando somos medidos por entidades internacionales. Tiene afiliados al 86% de los profesores de las instituciones públicas del país y si algún lector desea ingresar a su página web verá que dicen abiertamente que su objetivo es el de implantar el comunismo en el país.
Si la educación universitaria es gratuita como ellos alegremente proclaman, y que debería de ser así, esos puestos serán cubiertos por los jóvenes que vienen de la educación privada, nunca de la educación pública. A los mamertos no se les atraviesa siquiera en la mente, que de darse la educación universitaria gratuita se estaría subsidiando a los estratos altos donde la educación secundaria es servida por instituciones privadas, pero eso no lo ven.
Para entender la dimensión del problema, miremos las cifras, según el DANE, en Colombia el 80% de las instituciones educativas son de carácter público, solo el 20% de la población puede llegar a educación privada, y según el escalafón que anualmente realiza la revista Dinero teniendo como base las pruebas SABER, para el año 2017, entre los primeros 500 colegios solo 19 eran oficiales, entre los primeros 200 solo había 2 oficiales y entre los primeros 100 ninguno era oficial. Miren el desastre de la educación pública en Colombia.
Pero pueden decir los activistas de la izquierda que la revista Dinero está sesgada por ser una revista de la oligarquía, citamos entonces a una entidad extranjera que en el año 2018 midió lo mismo, se trata de la Sapiens Research que en su propio escalafón encontró, que de los 837 colegios que listó en su estudio, solo 4 eran oficiales.
Pero viene el cacareo de siempre de los mismos líderes con reclamos como estos: la falta de recursos hace que la calidad sea baja, la falta de dinero crea la brecha entre las instituciones, si se aumentan los recursos y los salarios a los profesores se incrementa la calidad de la educación. Según la teoría de Fecode, la relación salario - calidad es proporcional, o lo que es mejor, a mayor salario mayor calidad, pero si eso es verdad los profesores de Fecode deberían renunciar por antitéticos, pues nos hacen saber que dan menos calidad por sentirse subvalorados en sus salarios.
Para mostrar otro ejemplo de eficiencia de lo privado evoquemos a Bogotá. La capital cuenta con 25 colegios concesionados explicable así: las instituciones educativas se adjudican a privados su funcionamiento, el concensionante se encarga de pagar profesores, pagar la seguridad, pagar por todo lo que se requiere en el funcionamiento del colegio, pagandole el distrito por cada estudiante que esté cursando allí. Es increíble, pero en esos colegios concesionados se disminuyó la tasa de embarazos, se disminuyó la tasa de drogadicción, se disminuyó la tasa de deserción, se disminuyó la delincuencia alrededor y aumentó de manera increíble la clasificación de esas instituciones en el ranking nacional. Para los que no lo recuerdan, a Gustavo Petro como alcalde de Bogotá no le gustaba la idea de que los niños progresaran en esos colegios concesionados, los cinco que habían cuando fue alcalde les dejó vencer los contratos quedando los niños al garete por un tiempo. El nuevo alcalde Peñalosa adjudicó nuevamente y los incrementó a 25. Vemos como el doctor Petro dice una cosa de dientes para afuera, pero a la hora de actuar hace todo por frenar el desarrollo de las clases más pobres. Negar educación de calidad de un niño significa condenarlo a la miseria el resto de su vida, lo vuelvo a decir.
Mientras tanto seguimos escuchando la perorata de Fecode y parte de la izquierda colombiana, señalando que se está privatizando la educación y unos pocos se están enriqueciendo. Otra falacia desmentida por instituciones concesionadas. El costo al distrito por estudiante en el año 2016 era de 2,6 millones, mientras en los colegios oficiales cada niño costo 3,7 millones de pesos, fríos números que deja sin argumentos a Fecode, si damos todos los colegios en concesión, el distrito se ahorraría un 42% del presupuesto, que en momentos de crisis económica dicho ahorro se vuelve significativo. Si la idea es aumentar cobertura, se podrían tener un 42% más de alumnos en las aulas, y hasta crear la jornada única en la educación. Vale también indicar que las instituciones concesionadas, el 87% quedó en el rango de clasificación en nivel alto y el otro 13% clasificó en nivel medio, por el contrario en las instituciones oficiales más del 50% clasificó en el nivel bajo de calidad. Sin argumentos Fecode para continuar oponiéndose al modelo de colegios por concesión. Es un sindicato que demuestra lo desastroso que han sido para la educación en Colombia, hacen paros y paros únicamente pidiendo más y más recursos.
De todo lo expuesto me surge una idea de fondo, la educación en Colombia debe tener un cambio radical, no solo por la incompetencia de unos, sino por los modelos educativos, los contenidos curriculares, las áreas a fines y otras cosas más, pero me enfoco en un problema de raíz: la politización de la educación de quienes pretender que Colombia ingrese en un modelo político que ha fracasado en todo el mundo desde su creación, afectando a los seres más indefensos como son los niños que aprenden conocimientos exiguos e impertinentes, pero si reciben ideología a granel como caldo de cultivo hacia procesos de precarización de sus vidas.
La educación oficial en Colombia está en el fondo de su crisis, mala calidad y el refrito de la ideología en las aulas. Todas las personas pagamos impuestos, estamos financiando la educación pública, así que si por una u otra razón debemos de enviar a nuestros hijos a ser educados en un colegió gratuito, sea oficial o concesionado. Se nos debería dar la oportunidad de escoger dónde deseamos ingresar a nuestros niños, solo cuando eso ocurra, la torre de Fecode caerá por su propio peso de incompetencia. CAEB
Carlos Andrés Echavarría Blandón es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás, Creador de empresas y líder en emprendimiento con amplio reconocimiento público y privado en razón de sus Asesorías e interventorias.
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